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Desembre 2022 - #123

El Servei de Salut Pública informa

Tener espacios verdes cerca de casa, un factor de protección contra el ictus isquémico

© Thinkstock

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De una manera u otra, siempre se ha intuido que el contacto con los espacios naturales era beneficioso por la salud humana. En los últimos años desde la epidemiología ambiental se está haciendo un gran esfuerzo para encontrar cuáles son realmente estos beneficios y también los mecanismos biológicos que hay detrás.

En cuanto a los mecanismos por los cuales se producirían estos beneficios en salud, algunos de los que se han apuntado hasta ahora son la reducción del estrés, el incremento de la actividad física y de los contactos sociales o la exposición a un microbioma enriquecido.

Al listado creciente de estudios que muestran los beneficios de los espacios verdes, recientemente se ha añadido otro hecho en Cataluña y que aporta un dato impactante: el riesgo de sufrir un ictus isquémico, el más habitual de los accidentes cerebrovasculares, se reduce un 16% en aquellas personas que tienen espacios verdes a menos de 300 metros de casa. Esta investigación es fruto del trabajo conjunto entre el Instituto Hospital de Mar de Investigaciones Médicas, el Hospital de Mar, la Agencia de Calidad y Evaluación Sanitarias de Cataluña (AQuAS) del Departamento de Salud de la Generalitat y el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), centro impulsado por la Fundación “la Caixa”. Se trata del trabajo más importante en este campo hecho hasta ahora a Europa, analizando datos de toda la población de Cataluña entre los años 2016 y 2017.

La contaminación atmosférica, factor determinante

En la hora de diseñar este estudio se tuvo en cuenta un factor determinante en el riesgo de sufrir ictus isquémico: la contaminación atmosférica. Estudios anteriores ya habían mostrado que los niveles ambientales de hollín -y también de ruido- pueden actuar como disparaderos del ictus.

Por este motivo, junto con los datos de más de tres millones y medio de personas de Cataluña mayores de 18 años y que no habían sufrido un ictus en el momento de iniciar el estudio, se tuvieron en cuenta también los datos de tres contaminantes del aire asociados al tráfico de vehículos: las partículas de menos de 2,5 micras (PM2,5), el dióxido de nitrógeno (NO2) y las partículas de hollín. En paralelo, se analizó la cantidad y densidad de zonas verdes existentes en un radio de 300 metros de cada domicilio. El estudio pudo contar con datos de salud anonimizados gracias al Programa de Analítica de Datos para la Investigación y la Innovación en Salud (PADRIS), que gestiona la Agencia de Calidad y Evaluación Sanitarias de Cataluña (AQuAS).

Tal y como se esperaba, los resultados mostraron una relación directa entre el incremento de los niveles de concentración de NO2 a la atmósfera y el riesgo de sufrir un ictus isquémico. Así, por cada incremento de 10 microgramos (µg) por metro cúbico, este peligro crece un 4%. Lo mismo pasa cuando los niveles de PM2,5 se incrementan 5 µg/m3. Y en el caso de las partículas de hollín, el riesgo crece un 5% por cada incremento de un µg/m³ en la atmósfera. Unos datos que son iguales para toda la población, de forma independiente otros factores socioeconómicos, de la edad o de la adicción al tabaco. Para acabar de entender estos datos hay que subrayar que, a diferencia de altas contaminantes del aire, el NO2 es causado principalmente por el tráfico rodado. 

Factors ambientals i risc d'ictus

Más espacios verdes, menos riesgo de ictus

Por el contrario, el estudio mostró que tener abundancia de espacios verdes alrededor del domicilio tendría un efecto protector sobre el riesgo de sufrir un ictus. En concreto, las personas con una mayor exposición residencial en los espacios verdes mostraron hasta un 16% menos de riesgo de ictus isquémico.

Efectos incluso a niveles bajos

Este estudio no hace sino reforzar las conclusiones a que ya habían llegado los estudios anteriores: para disponer de ciudades más saludables hay que reducir los niveles de contaminación atmosférica e incrementar la superficie de espacios verdes, pero no a cualquier lugar del término municipal, sino a menos de 300 metros de cada domicilio. A este objetivo habría que añadir un par de datos adicionales: a) la principal fuente de estos contaminantes tan perjudiciales por la salud es el tráfico rodado y b) los efectos perjudiciales de la contaminación atmosférica a menudo se observan incluso con concentraciones de contaminantes que cumplen con la normativa vigente. Por lo tanto, hace falta mucha más ambición y valentía si realmente se quiere producir un impacto positivo en la salud y el bienestar de todos.

Referencia:

Air pollution and surrounding greenness in relation to ischemic stroke: A population-based cohorte study. Environment International (IF9.621), Pub Dato: 2022-02-15, DOI: 10.1016/j.envint.2022.107147 C. Avellaneda-Gómez, R.M. Vivanco-Hidalgo, S. Olmos, Uno. Lazcano, A. Valentin, C. Milà, A. Ambrós, J. Roquero, C. Tonne

Pau Rubio Figuerola
Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal)

Boletín: EspaiS@lut
Número de boletín: #123 - Desembre 2022

 
 

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